martes, 16 de octubre de 2012

Mi encuentro con Aung San Suu Kyi


Estaba frente a mí, a pocos metros de distancia, de pie en el escenario, iluminada por una luz suave, y la escuchaba hablar con una paz espiritual, resultado de haber procesado y superado el terrible ataque que sufrió, encerrada por más de 15 años por órdenes de una dictadura militar en su país, Burma.

Aung San Suu Kyi es hoy una lideresa de su país y del mundo que nos enseña que en situaciones extremas -en especial cuando se priva al ser humano de su libertad en forma arbitraria-, el valor de luchar en favor del pueblo nos fortalece. Situación nada comparable con aquellos que son condenados por tribunales libres que emiten sentencia justa.

Por su resistencia y coraje fue reconocida con el Premio Nobel de La Paz, distinción que no pudo recoger, sino hasta después de salir de prisión, como muchos otros que le otorgaron durante los años de encierro.

¿Cómo se hace para permanecer tan serena y lúcida a pesar de haber sido encarcelada durante 15 años? No perder la fe en la posibilidad de un regreso a la libertad y a la democracia fue quizás el mejor alimento para el espíritu de esta mujer luchadora.

Pude comprobar esta sensación de paz que trasmite esta menuda y a la vez fuerte mujer al coger sus manos al saludarla al final de su conferencia. Lo mismo sentí cuando visité al Dalai Lama en la India, donde vive en situación de exilio. Una serenidad y aprendizaje que consiguen algunas personas especiales al sublimar el odio.


La presión internacional logró, finalmente, la liberación de esta extraordinaria mujer. Quienes fuimos invitados al reconocimiento público que le hizo la Organización Internacional Freedom Forum, en San Francisco, hace unos días, nos sentimos orgullosos de haber contribuido a poner más presión a través de un petitorio canalizado por las Naciones Unidas y que firmaron diversas personalidades del mundo, entre ellos el expresidente Alejandro Toledo.

Imposible no relacionar la lucha de esta mujer con la que se libra en diversas partes del mundo. Incluso con la lucha justa que tuvimos en el Perú para derrotar una dictadura corrupta que hoy intenta ofender la memoria de las víctimas buscando liberarse de la sanción impuesta por la justicia.

Por eso pienso como Elie Wiesel que, frente a procesos de corrupción, crueldad o violación de derechos humanos, que hace que algunos espíritus pequeños se acomoden frente al poder de turno, la indiferencia nunca es una opción.

Recordando ahora a Aung San Suu Kyi hablando enfrente mío, con una suavidad en la voz que trasmite a la vez inteligencia y paz, no puedo más que regocijarme de lo hermoso que es sentirse parte de la familia humana que todavía cree que por la dignidad, la autoestima y la preservación de su identidad, bien vale la pena luchar, aún al punto de arriesgar su propia vida.

Hemos vivido momentos así, pienso. Y no estoy segura de que no se repitan otra vez.


domingo, 14 de octubre de 2012

Nadine, Eliane y Pilar: tres mujeres frente al fuego del poder presidencial


FUENTE: http://www.larepublica.pe/13-10-2012/nadine-eliane-y-pilar-tres-mujeres-frente-al-fuego-del-poder-presidencial#foto2

Cada una tiene (tuvo) una imagen que sostener, un perfil que sin duda buscan alimentar, o incluso morigerar. Avasalladora, sumisa, cómplice, etc. Nunca como ahora el papel de la Primera Dama ha resultado tan gravitante. No existe una norma que las encasille en obligaciones determinadas, pero asumir el rol de ser la pareja del Presidente de la República les confiere obligaciones. ¿Son el poder tras el poder? ¿Acaso una figura decorativa? Aquí los perfiles de las últimas residentes de Palacio.
Francesca García Delgado
Cuando uno piensa en ella su sonrisa rotunda se estampa en la mente. Nadine Heredia sabe aprovechar ese carisma que proyecta y que convierte en solvente capital político. Quienes la recuerdan de sus épocas de blue jeans desteñidos, zapatillas y polos de algodón, o evocan su imagen cuando aún más joven cantaba trovas de Silvio Rodríguez, se sorprenden al verlatransformada en una Primera Dama que enfundada en coloridos sastres y subida sobre tacones, consolida a grandes pasos el espacio propio que ha sabido ganar en el gobierno de su esposo.
El punto de partida de esta transformación quizá pueda ubicarse en el año 2000, entre octubre y diciembre. Nadine Heredia, casada año y medio antes con el aún comandante del Ejército Ollanta Humala Tasso, mueve cielo y tierra para conseguir el perdón para su esposo, recluido en el Real Felipe del Callao, tras protagonizar un levantamiento armado en Locumba contra el régimen de Alberto Fujimori.  
Con solo 24 años, Nadine se muestra como la tenaz defensora de Humala y aparece como su principal aliada y operadora política. En medio del boom mediático, se desplaza con habilidad entre periodistas y políticos, busca ganar aliados. Por eso la amnistía del Congreso significó no sólo una victoria para el militar insurrecto, sino que marcó el grado de compromiso y coordinación de una mujer sin la cual, se afirma, no habría llegado al lugar donde está ahora.
La historia de Nadine está matizada por los contrastes. Nacida el 25 de mayo de 1976, fue una niña educada en un colegio de monjas miraflorino. A la par, en casa forjaba una fuerza de carácter que inevitablemente se adquiere al ser la única mujer entre dos hermanos. 
Creció en un barrio residencial en Lima, pero sus raíces cajamarquinas y ayacuchanas definieron su afinidad con la tradición andina. Estudió comunicaciones en la Universidad de Lima, y mientras su generación prefería el rock, ella se inclinó por la nueva trova cubana, cuyas canciones cargadas de lirismo y un sello ideológico marxista dejarían un aliento izquierdista en sus ideas. 
Cuando en el 2005 Nadine funda junto a Ollanta Humala el Partido Nacionalista su presencia en la incipiente agrupación no se limita solo a ser la esposa del líder. Ante los aliados políticos de su esposo, Nadine contaba con un perfil político propio que sobrepasaba su discreto cargo de secretaria de relaciones internacionales. 
Su inclinación por la política surgiría en casa. Allegados a la Primera Dama coinciden en que la influencia de su padre, don Ángel Heredia –otrora líder aprista– fue decisiva.  Nadine luego continuaría este interés por lo social con un doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad de París, mientras su esposo se desempeñaba como agregado cultural en Francia, años después de haber obtenido la maestría en Sociología en la Pontificia Universidad Católica.
La última persona con quien Ollanta consulta sus decisiones políticas es su esposa Nadine Heredia. Sus recomendaciones al oído, el seguimiento fijo con la mirada a los movimientos de su esposo, la decisión sobre a quienes daba o negaba entrevistas el entonces candidato, y su aguda atención durante las alocuciones de su esposo, se traducen ahora en una protagónica coordinación, y presencia en las decisiones de gobierno que colisiona con la imagen de una Primera Dama decorativa. 
Diestra en el manejo de las redes sociales, Heredia imprime una cuota de agilidad y comunicación de las que justamente carece Ollanta Humala. Fuentes cercanas a Palacio relatan que el mandatario delega directamente en ella coordinaciones con los ministros de Estado, con quienes tiene trato directo. Uno de ellos es Miguel Castilla, el ministro de Economía, señalado como el tercer hombre más poderoso del país, cuya designación habría sido determinada además de sus cualidades profesionales por su empatía con la Primera Dama.
La describen como una mujer que puede ser flexible en principio, que escucha recomendaciones, pero que luego toma y sostiene decisiones con firmeza. En el 2006 Michael McKinley, el ex embajador estadounidense en Lima, la retrató como el “cerebro político radical detrás de Humala”, según los cables revelados de Wikileaks. Nadine Heredia es una mujer que se da tiempo para jugar vóleibol una vez por semana con las amigas, que convive con la sencillez de preferir el jugo de granadilla, pero que al mismo tiempo –se comenta– ha logrado que se abran las tiendas de un exclusivo centro comercial en Lima cuando necesita comprar carteras.
Hace poco un periodista –en confianza– le recomendó que anunciara sin divagaciones si tomará o no la posta del proyecto político marital, le pidió que diga si será candidata a la Presidencia en el 2016. Heredia, según relata una fuente, le respondió: “¿Me creerías si te digo que no?”. Creerle a Nadine Heredia es finalmente una cuestión de fe. Vale la pena recordar la distancia que separó las declaraciones de los hechos. Una vez ganadas las elecciones le preguntaron cuál sería su lugar como Primera Dama. Ella dijo: “Al lado de Ollanta, nunca adelante, nunca sobre él”.
PILAR NORES
El autogolpe del 5 de abril de 1992 puso a prueba temperamentos y personalidades. Unos se sometieron al nuevo orden autoritario, mientras que otros se enfrentaron a la arbitrariedad. Alan García se encontraba en la clandestinidad y se temía que el gobierno de facto lo hubiera apresado y en el peor de los casos, hubiera consumado un atentado contra su vida. Pilar Nores lanzó entonces un llamado a la opinión pública internacional frente a la incertidumbre del paradero de su esposo. 
“Yo me voy a quedar en esta casa con mis cuatro hijos hasta que alguien me dé razón de mi esposo y asegurarme de que está vivo”. Eran palabras firmes de Pilar Nores, quien declaraba a una cadena de la televisión mexicana desde su casa, rodeada por agentes del Ejército que la mantuvieron con arresto domiciliario. Meses después se reunió con Alan García y ambos partieron junto con sus hijos a un asilo político en Colombia.
Para quienes conocen de cerca a Pilar Nores esta historia, que demuestra un pincelazo de su determinación, no les resulta extraña. Coinciden en que su personalidad escapa de la figura estereotipada de mujer sumisa que pudo dejar en el colectivo su paso como Primera Dama durante los dos gobiernos de Alan García. Todo lo contrario, se refieren a ella como una mujer de carácter férreo, con un fuerte sentido de familia y cuyo único punto débil son sus hijos.
Nacida el 11 de marzo de  1949 María del Pilar Nores Bodereau proviene de una tradicional y numerosa familia (14 hermanos) de la provincia argentina de Córdoba. Ese entorno arraigó en ella la vida hogareña y el instinto –consideran sus allegados– de saber cómo ubicarse en su lugar. Su padre, Rogelio Nores, llegó a ser rector en la Universidad de Córdoba, donde ella se graduaría en Economía y según relató en una entrevista le inculcó también interés por el desarrollo social.
Pilar conoció a Alan García durante un seminario en Madrid, en 1976, mientras estudiaba una maestría en la London School of Economics. El joven político llegó a Europa interesado en la vida académica, donde obtuvo un doctorado en Ciencias Políticas en la Complutense de Madrid, y un título de sociología en la Universidad de París. Tras un primer matrimonio fallido, García se casó con Pilar, con quien retornó al Perú a fines de los 70. Del matrimonio nacieron cuatro hijos: Josefina, Gabriela, Luciana Victoria y Alan Raúl.
La elegancia es la característica que muchos le atribuyen. No solo por su gusto sofisticado en el vestir sino por sus modales. “No pierde los papeles, es muy controlada”, refiere un amigo cercano. Otro colaborador que prefirió mantener su nombre en reserva, confirmó que fue Pilar quien conminó a García a reconocer públicamente la paternidad de Federico Dantón, fruto de una relación extramarital. 
En sus últimas apariciones ha preferido hablar de su labor al mando del Instituto Trabajo y Familia y sus logros con el programa Sembrando, que recibe donaciones de la fundación de Bill Gates y cuyo trabajo de cocinas mejoradas ha captado la atención de la ONU.  Pilar evita comentar sobre su vida privada y más aún sobre la separación con García. 
Hay quienes le auguran una futura vida política. No resultaría extraño que la tienten a adentrarse en unas arenas de las que ha sabido entrar y salir con holgura.
ELIANE KARP
Hay quienes podrían discutir que nuestras vidas se construyen en buena medida a partir de actos accidentales, a partir del azar. ¿Será el caso de Eliane Karp. La primera vez que miró a Alejandro Toledo fue en medio de un episodio extrañamente fortuito, como cuando descubrió un libro de José María Arguedas. “En aquel año, 1975, en la Universidad de Stanford, varios hilos se tejieron alrededor mío sin que yo pudiera al principio relacionarlos”, escribiría después. El universo que se le abrió entonces a la joven antropóloga de 22 años inició su amor por el quechua –que aprendió–, su apasionamiento por el Perú y la identificación con sus minorías.
Quienes hablan de ella coinciden en describir a una mujer de carácter temperamental, acostumbrada a decir lo que piensa, a marcar estilo y reflejar su admiración por la tradición andina en su entorno más íntimo como en su casa en Lima (en la urbanización Camacho), como en su parte más externa, en su vestir, que es un reflejo perenne de dos culturas que conviven y se mezclan en ella. Describen a una mujer de aires altivos y exquisitamente perfeccionista.
El carácter de Eliane parece haber sido tallado por el cincel paterno. “Nunca olvidaré la manera en que mi padre me enseñó a luchar contra la adversidad”, dijo en una entrevista refiriéndose a Charles Karp, judío al igual que su futura esposa, Charles fue miembro de la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial y le tocó testificar años después contra su torturador el líder nazi Klaus Barbie. Luego de la guerra conocería a su esposa Eva, con quien el 24 de setiembre de 1953 celebrarían el nacimiento de una niña a quien llamaron Eliane.      
Belga-francesa que nació en París. Al cumplir la mayoría de edad, Eliane Chantal Karp Fernenburg decidió conocer sus raíces y viajó hacia Israel, donde cumplió dos años en el servicio militar. De esa época proviene su afición por el deporte que acompaña con una estricta dieta vegetariana. Aprendió el idioma (habla siete en total), obtuvo un bachillerato en Antropología de la Universidad Hebrea de Jerusalén y trabajó como voluntaria en los Kibutz (comunas agrícolas autogestionarias) para luego partir hacia Bruselas, donde estudió Economía, y posteriormente instalarse en Stanford para hacer estudios doctorales.
Su imagen durante el gobierno de su esposo convivía con la dicotomía de ser una persona amable y tranquila con quienes trabajaron con ella en el despacho de la Primera Dama, y el personaje avasallador que bautizó a Toledo como el cholo “sano y sagrado”, que levantaba el puño izquierdo ante la mirada contrariada de su esposo, quien en un rapto de cólera criticaba a los “pituquitos” de Miraflores y sin estupor criticaba duramente a los líderes políticos en una reunión social.
“Eliane es una mujer sobre la que se han tejido muchos mitos”, señala una persona cercana a ella. 
Vienen entonces al recuerdo las investigaciones que pesaron sobre ella por el manejo de recursos en la Conapa, las versiones que hablan de su fuerte influencia dentro del partido y sobre el entorno de su esposo que demostró durante su gobierno, cuando allegados a ella alcanzaron puestos claves y fueron inamovibles. 
Pero el mito que han desbaratado los años, indican, es la falsa relación Karp-Toledo la cual continúa unida. Mientras Toledo continúe como latente candidato a la presidencia, advierten, Eliane será una latente candidata a pisar nuevamente la residencia presidencial.❧
CLAVES
Representante. Nadine Heredia ha sido nombrada Embajadora Especial de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) como Embajadora de la Quinua. 
Protagonista. Pilar Nores ha sido nombrada representante del Perú ante el Comité de los Derechos del Niño por la Oficina del Alto Comisionado de la ONU. Debe participar en tres sesiones al año en Ginebra.
Eliane. Investigadora en temas de inclusión del Centro Global para el Desarrollo y la Democracia y catedrática en las universidades de Salamanca y Stanford.